domingo, 7 de marzo de 2010

WALKING AROUND


Sucede que me canso de mis manos. Sucede, parafraseando a Neruda, que me canso de ser hombre y entrar en las tiendas, en las cafeterías, en el mundo se convierte en un infierno porque mis pies descalzos solo encuentran cristales rotos en su camino.


Sería increíble borrar el asfalto de la faz de la Tierra. Sería alucinante poder pintar en su lugar un manto de hierba que cubriera los desniveles y acolchara las caídas. Sería bello que las batallas se libraran sobre un papel y que lo que volara de bando a bando fueran palabras en vez de balas. Trincheras escondidas repletas de versos y papeles envueltos en tinta.


Sueño con poder tocar una estrella y sueño también con guiñarle un ojo a la luna para que no deje de salir nunca, para agradecerle que avive nuestros sentidos de vez en cuando y que de ritmo al mar. Divago a menudo con la idea de convertir mis palabras en hechos reales. ¡Qué fácil sería bailar entonces al son de la utopía!


Es entonces cuando me canso de ser hombre. Cuando me pesan los años y me abofetea la realidad. Es entonces cuando despierto y me fumo un cigarro, con lágrimas en lo ojos, reafirmándome en la mágica certeza de saber que me paso más tiempo allí que aquí.




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